Puedo pasar la vida
contando los exactos lunares de tu vientre,
siguiendo en el espejo tu mirada, ahuyentando
tus fantasmas; si quieres, siéndome un poco tú.
Puedo pasar la vida.
Pero vivir, amor, es mucho más que eso;
es crecer y dormir y envejecer contigo,
reñir y bromear,
y no vernos a veces,
o vernos como extraños alguna madrugada.
Es la recia costumbre que de pronto fulguracon
una hermosa lumbre de pasión y demencia.
Josefa Parra.
sábado, 18 de octubre de 2008
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