El problema dejó de medirse en kilómetros.
(Dejó de llamarse distancia).
Se convirtió en camaleón y hoy se llama hastío.
Quisiera sentarme a ver en que se convierte mañana, per tengo que dormir, y me da flojera porque se lo que va a pasar al amanecer.
Si quieres, camaleón, jugamos a ver quien se cansa primero.
No se si te importe que no te ponga mucha atención.
Ya no me divierten los juegos. Tus juegos.
Te mueres de risa pero yo no.
Tu sigue mutando, a mí me espera un cigarrillo y una ventana con luces de soledad explotando ante mis ojos....
jueves, 5 de noviembre de 2009
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