Se que llegará el dia.
En que me dejes con cada uno de mis atardeceres.
¿Por qué?
Porque no eras mío, lo se.
Si hoy lo tomo con habitual clama no pienses que no me importa.
Cuesta hacerse a la idea de que lo que tienes a ratos es algo de lo que no puedes adueñarte.
No te pido nada, no lo voy a pedir.
No voy a pedirte que te quedes conmigo.
Después de todo ¿Quien soy para pedir eso?
Después de nada eso solo es un nombre, un concepto.
El dia que de verdad voltees tu cara hacia ella y solo hacia ella.
Ese dia me voy, tal vez a bailar salsa, a tomar aguardiente, a reirme de mí misma.
A tirar unos tres o cuatro litros de lágrimas. A que me de unos dias el sol en la cara.
A leer como si te leyera. A escirbir como si te escribiera. Y a reír como si me vieras.
Como si supieras que la felicidad que me diste nadie me la arranca nunca.
Aunque no te quedes conmigo.
viernes, 23 de enero de 2009
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