Enferma, con tos, cansada, con frio y mucho líquido en la nariz, un dia como cualquiera, un primero de enero de 2008, a punto de dormir y lejos de mi casa, en esa Ciudad lejana que me vio nacer, encendí el televisor. La imágen en él era la de una mujer de edad, con un hermoso gabán rojo y que hablaba de la soledad. Seguido de su discurso cantó, entonó de una manera peculiar, casi recitando esa canción que dice: "Tomate esta botella conmigo, y en el último trago nos vamos..."
Bohémia y muy sentida la letra, casi sentía ese trago que va quemando la garganta. Daban ganas, de verdad de enbriagarse, de llorar, de abrirle la puerta a la nostalgia: Chavela Vargas, seguramente serás la fiel acompañante de mis próximos encuentros con esa bebida que hace que el dolor parezca algo de lo que uno tiene que reirse, y el amor... el amor dejo que lo describas tú:
...El amor no existe, es un invento en noches de borrachera. Cuando pasa la borrachera se acabó el amor. El amor es muy complejo y muy baboso.
Bohémia y muy sentida la letra, casi sentía ese trago que va quemando la garganta. Daban ganas, de verdad de enbriagarse, de llorar, de abrirle la puerta a la nostalgia: Chavela Vargas, seguramente serás la fiel acompañante de mis próximos encuentros con esa bebida que hace que el dolor parezca algo de lo que uno tiene que reirse, y el amor... el amor dejo que lo describas tú:
...El amor no existe, es un invento en noches de borrachera. Cuando pasa la borrachera se acabó el amor. El amor es muy complejo y muy baboso.
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